Aunque parezca mentira, esta comarca, El Carracillo, no viene en el mapa de Segovia. 

 

Comprueban la salud económica de este territorio, que ha logrado convertir los suelos arenosos del pasado en fértiles tierras productoras de hortalizas. Sorprende pensar que, desde esta pequeña tesela del mosaico segoviano, se alcanzan sólidos liderazgos en materia de producción de puerros, zanahorias, plantas de fresa, maíz dulce o remolacha. 

 

La clave del éxito de la producción hortícola está en sus suelos arenosos y ligeros, y en el caudal de agua que suministra el célebre acuífero de El Carracillo.